Elefantes en lucha genética contra la extinción
Los elefante de hoy en día pertenecen al orden de los proboscídeos, un orden de mamíferos placentarios, en el pasado, hace unos 60 millones de años, hubo más de 350 miembros en este orden, pero con el tiempo la mayoría de estos miembros sucumbieron a la extinción, hoy sólo existe una familia denominada Elephantidae, representada por tres especies dos en África y una en Asia. Hasta hace muy poco se creía que los dos tipos de elefantes de África, el de la sabana y el de la selva (de menor tamaño), eran poblaciones distintas de una misma especie. Gracias al estudio de su ADN (su material genético) se ha podido averiguar que son dos especies diferentes. Los elefantes africanos y asiáticos se distinguían visualmente por algunos rasgos: los de África tienen orejas grandes, colmillos en machos y hembras, y tres uñas en las patas traseras; los de Asia son de orejas más pequeñas, sólo los machos tienen colmillos, y cuatro uñas en las patas traseras.
En el Parque Nacional de la Gorongosa, en Mozambique, el 90% de los elefantes fueron sacrificados entre 1977 y 1992, durante la guerra civil del país. Entre 2007 y 2014 murieron alrededor de 144.000 elefantes, poniendo a la especie en peligro de extinción en algunas zonas. Desde el 2009 se ha observado que los elefantes africanos, generalmente las hembras nacen sin colmillos o los tienen excesivamente cortos. Debido al hecho que los cazadores furtivos se dirigían a los animales con colmillos, casi la mitad de las hembras de más de 35 años de edad los habían perdido, y aunque la caza furtiva está ahora bajo control y la población se está recuperando bien, pasan el gen sin defensa a sus hijas. Adjudicamos que las masacres constantes ocurridas en la población han dejado huella en su memoria, han aprendido que portar marfil es sinónimo de muerte. A pesar de que la falta de colmillos puede proteger a estos animales de la caza furtiva, no es lo ideal. Los animales utilizan los colmillos para comer y beber agua, desenterrar árboles, ramas y moverlos alrededor y para la autodefensa y la exhibición sexual. Para venerar a los elefantes en su lucha genética contra la extinción, generamos un nicho de imagenes que humildemente elevan una oración respetuosa y callada a todos los habitantes salvajes de la tierra.
